miércoles, 30 de julio de 2008

Tacticas de seduccion masiva




Do you think I’m sexy?
Rod Stewart

Quizás otra de las cosas que las mujeres pueden llegar a odiar es a la serie de seguimientos y adulaciones extremas por parte de ciertos sujetos en espacios como el hi5 o el popular Messenger. Esto pasa cuando los niveles de privacidad son prácticamente nulos permitiendo que cualquier individuo con ínfulas de bacancito de barrio tenga acceso al perfil y a la galería de fotos de las féminas.

Ante esta situación es común observar la aparición de numerosas frases que lejos de ser simples piropos se convierten en muestras de cómica arrechadura. Por ejemplo, están los “comments” del tipo “pero que bella sales amiga, mi msn es elpapi@hot..., agrégame para conocernos y quizá intentar algo más.” Obviamente ese “algo más” no se refiere a una relación sana y con todas las de la ley sino que contiene implícitos los bajos instintos (si como los de la película) del “gilero” empedernido.

Tras un exhaustivo análisis de las direcciones de correo electrónico que dejan estos intentos de donjuán en su afán de cazar alguna incauta criatura femenina, pude encontrar un común denominador en todos estos. La presencia de adjetivos referentes al grado de virilidad y popularidad del sujeto así como la muy huachafa combinación del castellano y el inglés componen la estructura de todas las direcciones. Entre los muchos ejemplos están los del tipo tulokitotorico@..., thepapacito@..., etc, etc, etc.

Algo común en los arrechos individuos son que todos o casi todos están en la onda del reggaeton. Quizá por eso odie tanto a este género “musical”: (aunque son varias las razones) los medallones (o “blin blines” como les dicen) del tamaño de una pelota de basket, los polos y pantalones con 3 tallas más de las que necesitan, las zapatillas que parecen los clásicos y gigantes calzados de los payasos de circo, el gorro que les tapa la mitad de los ojos y el lenguaje arrogante y desfachatado.

Donde quedó la elegancia en el cortejo, como los personajes románticos y cínicos del cine clásico, como Errol Flynn en “El burlador de Castilla”, o Humphrey Bogart en “Casablanca”, Sean Connery en las películas de James Bond, Charlon Heston o hasta James Dean en su “Rebelde sin causa”. Fernando Ampuero en una parte del cuento “Malos Modales” habla de que la Zurda (asi se le conocía al personaje de Irina Marovich) le confiesa a Aníbal Madueño su amor por Marlon Brando: “Muchacho bueno disfrazado de malo. Actitud irreverente, mirada hosca y sexual, pose de qué chucha quieres conmigo, compadre. La Zurda había quedado prendada del fabuloso Brando de Nido de ratas.” Y es que a pesar de algunas similitudes de Brando con el carácter de los disforzados y agresivo de los reggaetoneros, el bueno de Marlon si que sabía como enamorar pues ese carácter irónico, mezclado con una sublime pero no menos letal agresividad y un ligero toque romántico atrapan a cualquier chica.

Me dirán que soy un hueverto, un alfeñique, un pelotudo chapado a la antigua pero mi amigo Brando (con todos los demás ídolos del cine clásico) y yo tenemos otra forma de conquistar. Y créanme que nuestra fórmula funciona pues ya fue puesta a prueba por mí varias veces. Bien dicen que en la guerra y en el amor todo se vale...