martes, 4 de noviembre de 2008

32º yo me siento tan cursi

Es increíble lo que una chica puede hacer en un chico pero más increíble aún lo que un chico puede hacer por una chica.

A veces, o casi siempre, los chicos nos burlamos de otros chicos tildándolos de cursis, imbéciles y demás estupideces. Pues ahora me doy cuenta que pertenezco al club de estos a los que tanto detesté e insulté.

Tal vez nunca me puse a pensar detenidamente en esto, pero es muy cierto. Me di cuenta hace una o dos semanas si no mal recuerdo. Y fue que era una fecha un tanto especial con mi señorita enamorada, entonces yo, acostumbrado a utilizar mi creatividad (a veces destructiva) para crear algún detalle para que ella pudiera sonreír y quedarse pasmada con lo que yo haga, comencé a planificar siniestramente qué hacer esta vez.

Nunca es muy fácil saber qué decir y/o hacer para que una chica se sienta bien y diga esa frasecita estúpida que te hace sentirte el dueño del mundo: qué lindo!. Para lograr esa frase acompañada de una gran sonrisa de ella es necesario pensar milimetradamente cada movimiento, por más sicótico que parezca es cierto.

Entonces sin querer queriendo se te ocurre algo, por más tarado que te parezca en primera instancia no dudas en hacerlo con tal de hacerla sentir genial e importante.

Aquí las siguientes líneas se hacen un tanto vergonzosas para este servidor, que sólo en aras de compartir con los lectores de este blog algo de mi vida privada pondré mi caso de lo explicado arriba.

Se me ocurrió la grandísima idea de comprarle una tarjeta… “qué original” me dirán y yo también me lo dije, pero ya estaba encaprichado en comprar una tarjeta, me parecen geniales y expresivas, pero obviamente me parecía poco. Estaba buscando una manera de hacer que una tarjeta deje de ser un simple pedazo de cartulina y pase a ser “EL DETALLE”, entonces recordé que a *ella* le gustaban aquellas gomitas que venden en los carros: frugelé. Mi cerebro maquinó un plan a la velocidad de la luz, un plan que no dudé en contarle a mi amigo Michael, con el fin de que éste me ayude.

El plan era simple: comprábamos la tarjeta, un par de bolsas de Frugelé, al día siguiente robábamos el bolso lo llenábamos de gomitas y la tarjeta en un cuaderno y ya!. Al principio pareció fácil.

Recorrimos un par de supermercados en busca de la tarjeta, pues no podía ser cualquiera. Nos demoramos mucho, puesto que no encontraba una tarjeta que se ajustaba a mis exigencias, hasta que la encontré, una tarjeta lo suficientemente parecida a mí. Luego, compramos las gomitas y hasta ahí todo bien. Al día siguiente esperamos a que la señorita llegue a su clase, a la que nunca llegó. Estuvimos sentados cerca de una hora y media y NADA!. Al final nos resignamos a llevar a cabo el plan por la tarde. Me fui a mi casa a comer y al llegar la encontré, al parecer estaba estudiando. No se me ocurrió mejor idea que pedirle un cuaderno, a lo que *ella* estaba sacando uno, jalé su morral diciendo “ya, mejor me llevo todo”, por mi comportamiento un tanto excéntrico (común en mí) asumo que no se dio cuenta de lo que me traía entre manos. Con la ayuda de Michael llenamos todos los bolsillos de morral con gomitas, incluyendo la cartuchera :)… y luego bajé una vez más a la biblioteca, donde le dejé su morral con una gomita encima… Después me fui, puesto que no quería estar allí cuando se de cuenta, ya que soy bastante “paltoso”. Minutos más tarde no resistí las ganas de saber cuál fue el fruto de mi esfuerzo, entonces bajé y recibí un lindo: ERES UN ENFERMO!... jajaja (en serio), después ya supe que le había gustado y todo lo demás.

En fin, cuento hasta ahí no más, porque me parece lo más interesante :)…

Después de ese día respeto a la gente cursi…

Buenas noches

1 comentario:

zol kndida dijo...

jajajajaja!
d exaso q tnia q pasar
i ZI ERS UN ENFERMO!
pobr xik c habra mpaxado d una forma
jejejeje
q otras kosas haras n l futuro....
xfa cuentalas para reirm mas d tu *trizt* pro markdo destino xD